El flamenco es un arte lleno de matices, estilos y tradiciones que han evolucionado a lo largo de los siglos, siendo actualmente una de las manifestaciones culturales más representativas de España. Y, dentro de su vasto repertorio, podemos encontrar una gran variedad de cantes, bailes y palos como el taranto flamenco, uno de los más emotivos y fascinantes y emotivos.
Pero, ¿sabías que el taranto flamenco tiene su origen en la zona minera de Almería? Aunque muchos lo asocian con el cante de las minas, el taranto posee un compás definido que lo hace muy bailable, lo que lo diferencia de otros estilos.
A continuación, te explicamos todo sobre este palo flamenco: su origen, sus características, su evolución y, por supuesto, la importancia que tiene hoy en día.
¿Qué es el taranto flamenco?
El taranto flamenco es uno de los estilos más característicos y auténticos del flamenco, nacido en la región minera de Almería, al sur de España. Su nombre procede de la taranta, considerado como su precursor.
Sin embargo, tienen ritmos distintos. Mientras que la taranta es un cante libre, sin un compás fijo, el taranto está sujeto a un compás que le otorga una estructura más definida y bailable.
Cuenta con una estructura melódica basada en coplas de versos octosílabos, donde los temas de amor o los relacionados con el entorno minero son recurrentes. Y, aunque su estructura es sencilla, destaca por la pasión y la intensidad de su ejecución.
Características del taranto flamenco
El taranto flamenco cuenta con una serie de características que lo hacen fácilmente identificable dentro del repertorio flamenco.
El cante del taranto
Una de las principales características del taranto es su compás binario que lo hace ideal para el baile. El cante se divide en fragmentos de cuatro compases, y la libertad de interpretación del cantaor se mantiene hasta la cadencia, donde vuelve a retomarse el compás, facilitando así la conexión con el baile.
En cuanto a la musicalidad, es muy sencillo, basándose en coplas que generalmente constan de cuatro o cinco versos octosílabos. Las letras suelen ser emotivas, tratando temas como el amor o las vivencias en las minas, aportando una profunda carga sentimental.
Su final suele ser brusco, culminando muchas veces con una exclamación que puede sonar como un ¡aaayyyyy queeee!, un rasgo que le otorga una fuerza única en la interpretación.
El baile del taranto
El baile del taranto flamenco es sobrio y recogido, con una estructura estilizada y marcada por la alternancia de ritmo entre el marcaje de la letra y las escobillas. Al igual que en el cante, es muy emocional y profundo, presentando un equilibrio perfecto entre la expresividad del intérprete y la precisión rítmica que requiere el compás.
Además, podemos encontrar elementos como llamadas y desplantes, que son típicos del flamenco, y que le aportan una gran fuerza visual. Es cierto que no todos son iguales, pero la mayoría de ellos toman como referencia el ritmo de los tangos, lo que le confiere un toque más rítmico y bailable que otros estilos flamencos más lentos y dramáticos.
Origen y evolución del taranto flamenco
Se cree que el taranto como palo flamenco nació en el siglo XIX, influenciado por la vida de los trabajadores de las minas de Almería, especialmente de la zona situada entre Garrucha y Cuevas de Almanzora. A lo largo de los años, junto con el fandango y la taranta, se ha ido convirtiendo en uno de los géneros más importantes dentro de los cantes de las minas.
Los primeros cantaores
Se dice que uno de los primeros en interpretar el taranto fue Pepe el Morato, aunque también hay otros nombres que se relacionan con el origen y la difusión de este estilo, como Ciego de la Playa, Juan Abad Díaz ‘Chilares’ o El Cabogatero.
Con el tiempo, empezaría a tomar forma en los cafés cantantes de Almería, como el “Frajalito”, el “Lyon de Oro” o el “España”, que se convirtieron en los lugares de referencia para escuchar este tipo de cante.
Influencias externas
Sin embargo, aunque tiene un origen claro en Almería, su evolución estuvo influenciada por otros estilos de distintas regiones de Andalucía. La vida minera fue el nexo de unión entre Almería y Murcia, permitiendo el intercambio de cantaores y estilos flamencos, entre los que se destacaron El Morato y Chilares, quienes viajaron entre Cartagena y Almería.
Además, el ferrocarril minero entre Almería y Linares facilitó el intercambio artístico con otros cantaores de Jaén, Linares y La Carolina.
Los tarantos en el flamenco actual
En la actualidad, el taranto sigue siendo uno de los estilos más representativos y queridos del flamenco. Y, aunque a lo largo de los años ha ido evolucionando, ha logrado mantener su esencia, siendo uno de los palos más importantes del repertorio flamenco. De hecho, el carácter sobrio y emocional de este cante lo convierte en uno de los momentos más destacados de cualquier espectáculo flamenco.
Mencionar además que uno de los grandes momentos de la historia del taranto fue su adaptación al baile por parte de la gran Carmen Amaya a principios de la década de 1940.
Su gira por Nueva York le permitió fusionar el taranto con otros estilos, convirtiéndose en la primera en adaptar el taranto al compás 4×4. Sin duda, una de las innovaciones más importantes del flamenco moderno.
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